
Gianella y su mamá: un camino de amor, esfuerzo y aprendizajes
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10 agosto 2025Gabriela es mamá de cuatro hijos y vive con su familia en la comunidad San Roque 3 y 4 de San Antonio. Su hija menor, Ximena, tiene 4 años: es alegre, llena de energía y siempre con una sonrisa.
Hace unos años, cuando Ximena apenas tenía un año, un pariente le habló a Gabriela de un proyecto de Dequení. Sin saber muy bien de qué se trataba, decidió probar. Hoy, mirando hacia atrás, dice que fue una de las mejores decisiones que tomó.
“Volver a criar una bebé después de tener hijos adolescentes fue muy caótico. No sabía por dónde empezar otra vez”, cuenta Gabriela. “Incluso afectó mi relación con mi hijo mayor, porque sentía que ya no le daba la misma atención.”
A eso se sumaba que Ximena pasaba muchas horas frente a las pantallas mientras su mamá trabajaba, lo que la volvía más inquieta, y muchas veces se peleaba con sus hermanos.
Pero todo empezó a cambiar cuando entraron a la Alfombrita Viajera, un espacio de juegos, aprendizajes y encuentros para familias. Gabriela y Ximena empezaron a asistir juntas, y también se sumaron el papá y los hermanitos.
“Yo pensaba que esas cosas ella iba a aprender recién en el jardín. No sabía que ya debía ayudarle con su motricidad”, recuerda Gabriela. En poco tiempo, vio cómo su hija aprendía a esperar su turno, a compartir, a cepillarse sola y hasta a usar los cubiertos sin ayuda.
La profe Rosita, que acompaña a Ximena desde que empezó el proyecto, también notó los cambios: “Al principio le costaba socializar y seguir indicaciones. Hoy es una niña solidaria, comparte sus juguetes, salta, corre, pinta…”
Gabriela también fue cambiando. Participar de los talleres de padres le ayudó a reconectarse con su rol de mamá. “Ahí aprendí cosas que no sabía, ¡y eso que es mi cuarta hija! Escuchar a otras mamás me hizo sentir acompañada. De cada historia sacaba algo para mí.”
Hoy, Gabriela se siente más segura y presente en la crianza de Ximena. “Mi deseo es que mis hijos terminen sus estudios, que sepan defenderse en la vida, pero, sobre todo, que sean buenas personas”, dice con una sonrisa.
Gracias al proyecto Alfombrita Viajera y al compromiso de familias como la de Gabriela, más niños y niñas están creciendo con amor, juegos y oportunidades desde la primera infancia.
¿Querés conocer más sobre Alfombrita Viajera o sumarte como padrino, empresa solidaria o voluntario? Escribí a Cinthia Sánchez, coordinadora de proyectos de Dequení: csanchez@dequeni.org.py