«Sabemos ayudarnos»
19 mayo 2015Banco Familiar va a la Escuela con Dequení
29 mayo 2015La flecha de DEQUENÍ dio simultáneamente en dos dianas. Su primer acierto fue inspirarse en Jesús de Nazareth y tomar el nombre apocopando la reveladora y emotiva expresión de Cristo: “Dejad que los niños se acerquen a mí”.
El segundo acierto ha sido acercarse a los niños y, como Cristo, entregarse a ellos y ofrecerles lo más valioso de sus vidas, después de haber recibido el don de vivir que Dios y el amor les regalaron: lo más valioso es el servicio gratuito de la educación.
DEQUENÍ está en la vanguardia de las estrategias mundiales para lograr el desarrollo humano. No solo el desarrollo humano, también el desarrollo cultural, el desarrollo social, el desarrollo económico, el desarrollo ético, el desarrollo científico, el desarrollo político, el desarrollo cósmico.
Ahora los presidentes de todos los países reconocen en sus discursos que la educación es estrategia prioritaria.. Pero solo algunos de ellos son coherentes y la ponen en su lugar. Saben que sin educación no hay ni presente ni futuro, ni subsistencia ni trascendencia, ni sociedad ni humanidad.
DEQUENÍ nació con la lógica del corazón, no con la pura lógica de la racionalidad y el cálculo aritmético. Además de inspirarse en la visión lúcida y sabia de Cristo, que sabía el tesoro escondido que hay dentro de cada niño, se enteró del secreto que el zorro le confió al Principito de Saint Exupery. El zorro le dijo al oído al Principito que “solo el corazón puede ver bien: lo esencial es invisible para los ojos”. Y por eso nació DEQUENÍ.
Son treinta años encarnando y protagonizando esperanza. Esperanza porque los responsables de DEQUENÍ saben descubrir corazones generosos de hombres y mujeres que, como aquellos buenos pastores de Belén, merecen que los ángeles les convoquen porque son de buena voluntad y encuentran, incluso en sus noches, algo para llevarle al Jesús que hay dentro de cada niño. Pero sobre todo la esperanza de los sembradores, que esperan el fruto abundante de sus pequeñas semillas que harán germinar en esos niños de hoy, miles de ciudadanos libres pasado mañana. En DEQUENÍ todos son profesionales de la esperanza.
Treinta años son prueba suficiente y definitiva para demostrar que en Paraguay casi todo es posible, porque somos muchos los que estamos decididos a cooperar a cambio de nada; solamente por el gozo de ver crecer las flores y llenar de vida y alegrías los ojos y bocas de miles de niños.
DEQUENÍ es un árbol frondoso. Sus raíces se hunden en la mística de un puñado de corazones que lo fundaron; sus ramas firmes sostienen la floración ininterrumpida que fecunda constantemente frutos incontables, que recoge maduros la tierra endurecida de nuestra frágil sociedad.
Jesús Montero Tirado – Miembro del Consejo Nacional de Educación
(Asunción 16-04-15)