Ser docente en tiempo de pandemia: “Con los niños yo también crecí este año, todos aprendimos”
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15 enero 2021Raquel es parvularia del proyecto Alfombrita Viajera de Dequení y en el año 2020 acompañó a los niños y sus familias a distancia, orientándolos para seguir la estimulación oportuna desde sus casas. Un desafío que costó al principio, pero fue posible gracias a la constancia y acompañamiento de los padres y profes, quienes dijeron sí a esta nueva experiencia que les dio muchas sorpresas y logros.
“Nos sentimos un poco desanimados, los niños extrañaban mucho la alfombrita y preguntaban a sus padres por qué ya no podían ver a sus compañeritos, pero poco a poco también fueron entendiendo la situación”, comenta la parvularia.
Raquel ejerce su profesión de parvularia hace 8 años, empezó como ayudante de jardín; más tarde fue adquiriendo experiencias en instituciones educativas ya como maestra titular. Siempre se inclinó a la docencia y su amor por los niños la llevó a abrazar la educación inicial.
“Me fascina como los niños absorben la enseñanza rápidamente y ese entusiasmo que tienen por aprender, también la confianza y complicidad que tienen con nosotros, la profe es lo máximo para ellos. Es un trabajo que te motiva todos los días al llegar y verlos dándote todo ese cariño que es único en los más pequeños”, destaca Raquel.
Dequení cambió la vida de Raquel, de pasar a enseñar en aulas, tuvo que adaptarse a una modalidad totalmente diferente: la Alfombrita Viajera se trataba de llegar a los hogares más distantes y vulnerables para brindar estimulación oportuna a los niños y guiar a sus familias en ese proceso.
“Los primeros meses fueron un desafío para mí, luego llegué a las comunidades y todo era muy distinto. Tenía que llegar a las familias, contarles del proyecto y hablarles de su valor para sus hijos en la primera infancia”, nos cuenta la educadora.
Con el tiempo, Raquel fue haciéndose parte de la vida de cada una de las familias participantes del proyecto, alcanzando objetivos importantes en los primeros pasos de niñas y niños.
“El logro que me llena de alegría es ver como los niños van venciendo su timidez, por ejemplo, en el caso de los niños de 3 y 4 años que ya se están preparando para la escuela. Algunos se expresaban poco y les costaba relacionarse con los demás. Esa fue mi primera tarea, trabajar en su desarrollo social con resultados positivos y fue posible”, agrega Raquel
La pandemia cambió todos los esquemas, era otro año que empezaba y nuevas metas por alcanzar, pero el contexto, obligó a continuar el aprendizaje a distancia y comenzaba un nuevo periodo de adaptación. Los niños veían a su profe y seguían su rutina a través de los teléfonos.
“Nos adaptamos a un nuevo ritmo de aprendizaje, pero con muchos logros alcanzados. La creatividad en cada hogar era muy linda”, cuenta Raquel.
La pandemia no fue impedimento porque la conexión con los niños, su maestra y las familias permanecieron intactos.
Valoramos el trabajo y la entrega de la profe Raquel, que, al igual que muchas educadoras ha dado todo su amor, aun en un escenario incierto, para que los niños no dejen de aprender, crear, jugar y descubrir el mundo que les rodea.