El McDía Feliz recaudó 131.731.364 para la Fundación Dequení
28 diciembre 2021Ludolecto: “Los cuadernillos de Ludolecto perfeccionaron la lectoescritura de Danna, ella ama leer y lo hace mucho mejor ahora”
19 enero 2022Gilda, conoció la Alfombrita Viajera de Dequení cuando su hijo Santino tenía apenas 11 meses. Cuenta que al ver a las parvularias instaladas en la placita de su barrio, le llamó mucho la atención y se acercó a preguntar de que se trataba lo que ellas estaban comentando a las mamás de la zona.
«Sinceramente me sorprendió mucho cuando me hablaron de la alfombrita, yo nunca antes había escuchado sobre este tipo de proyectos para los niños; para su aprendizaje y su crecimiento…”, expresa Gilda.
Sin dudar inscribió a Santino. Ella no se imaginaba todo lo que iban a experimentar juntos a partir de ese momento. Lo que más contenta le puso desde el primer día, fue la novedad de que el proyecto iba hasta la puerta de su casa.
Santino es un niño muy sociable. Su madre lo describe como alguien que sabe sacar una sonrisa del rostro de los demás, aun en los días más complicados.
Los cambios que se dieron en Santino gracias a la Alfombrita Viajera, fueron notables. Aprendió a socializar mejor con otros niños, a ser respetuoso, a contar e identificar animales. Su juego favorito en la alfombrita, es el trencito.
En este caminar de 4 años; acompañando y guiando a Santino, Gilda también aprendió sobre crianza positiva, a través de los talleres realizados para los padres. Estos encuentros le dieron una nueva visión sobre como seguir el proceso de desarrollo de su hijo con las herramientas y conocimientos que no tenía antes.
“La Alfombrita significó volver a ser mamá desde el principio para mí. Aprendí muchas cosas sobre como tratar a mi hijo y escucharle, lo que debía hacer y lo que no. A lo mejor todo esto con mi hijo anterior no sabía. Con Santino descubrimos cosas nuevas, especialmente sobre como pasar tiempo de calidad con él”, comenta Gilda.
Este segundo año de pandemia trajo consigo mayores desafíos para las familias, uno de ellos fue seguir adelante a pesar de las múltiples necesidades. Sin embargo, ninguna familia quedó desamparada. Gracias al apoyo de sus benefactores, Dequení siguió acompañando los pasos de niños como Santino, con muchas ganas de aprender y descubrir.
“Hubo muchos cambios la verdad en estos años, pero lo que no cambió fue el apoyo de Dequení. Nos dieron kits educativos, también productos de higiene y limpieza; yo me siento muy agradecida. En cuanto a los encuentros, veíamos más poco a la parvularia, pero no nos dejaba solos, nos guiaba en las tareas y yo veía que Santino siempre estaba entusiasmado y eso me motivaba bastante a estar firme en el acompañamiento”, cuenta Gilda.
El mayor anhelo de Gilda para Santino es ver a su hijo triunfar en todo lo se proponga, que respete a los demás y alcance el éxito con la carrera que haya elegido; más que nada que pueda ser una persona de buen corazón.
Para conocer más sobre los proyectos de Dequení, contactar con Mónica Romero, gerente social, mromero@dequeni.org.py.