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21 mayo 2015Ángeles Cowán Ruiz. Líder a los 14 años.
Lo que ves cuando salís en la puerta de tu casa dice mucho de tu casa, y dice todo de vos. Cuando fuimos a buscar a la pequeña Ángeles, presidenta del Comité de Niños y Jóvenes del Centro Comunitario, teníamos una dirección: compañía Curupayty, Arroyos y Estero. Se trata de la casa donde las mujeres limpian el jardín. ¿Qué tipo de indicación era aquella? Lo descubrimos cuando una calle enripiada y acordonada por horizontes rosas (empezaba a atardecer) nos llevó hasta un patio delantero donde un grupo de mujeres ¡limpiaban el jardín! «Ángeles ya viene», dijeron, mientras nos hacían pasar hasta la casa con techo de dos aguas y olor a limpio. Y fue ahí que vimos lo que Ángeles, al igual de los jóvenes y niños del Centro Comunitario Curupayty, ven cuando se paran en la puerta: el largo e ilimitado pastizal recién cortado y encima, el cielo entero, sin bordes, sin nada que le impida extenderse, y ser lo que es…
Imaginamos lo que uno puede imaginarse cuando te cuentan de una chiquita de 14 años que lidera el grupo de jóvenes de una comunidad, pero Ángeles Cowan Ruiz le agrega la sonrisa, y le agrega esa cosa tibia de su voz todavía de niña, a la idea que nos hicimos de ella.
Sin un teléfono celular en la mano, ubicada bajo una enramada de florecitas lilas que pestañean encima de su larga cabellera, Ángeles cuenta que su madre es la directora del colegio San Isidro Labrador, donde ella cursa el noveno grado. «Desde los 3 años yo voy al centro comunitario», dice, tratando de explicar cómo es que terminó convirtiéndose en una joven dirigente comunitaria.
Espera las preguntas con ganas de recordar esos primeros años, cuando corría sobre el pastizal jugando tuka’ê con los niños y también con las madres que dejaban las labores para soltarse detrás de la criaturada. «Ahí somos felices», dice.
-¿Qué recordás de tus primeros años en el Centro Comunitario?
-Me gustaba bailar y en la escuela no había clases de danza, pero en el centro comunitario sí. Y cuando comencé a ir a la escuela, salía de ahí y venía al centro y me daban clases de refuerzo, hacía mis deberes con las voluntarias, me enseñaban a leer, a escribir, aprendí todo más rápido.
-Vos jamás dejaste el centro…
-No, porque después, cuando crecí más y hasta ahora, tenemos clases de inglés, de computación, y a mí me enseñaron a hablar sin ser tan tímida, porque yo era muy tímida.
Dirigente a los 14
Ángeles se saca un pétalo que se le cae sobre el regazo. Mira la calle y muestra el enripiado. «Ahora está bien el camino, pero no entra colectivo hasta acá», dice.
-¿Cómo hacen para llegar a la ciudad de Arroyos y Esteros?
-Nos vamos en moto, en bici, a caballo.
-Bueno, menos mal tienen la escuela y colegio, pero ¿cómo hacen cuando terminan el secundario?
-La mayoría de los jóvenes van a estudiar a Caacupé, o Asunción, pocos se quedan, y de los que se van, pocos vuelven.
-¿Y vos? ¿Qué planes tenés para cuando te llegue el momento?
-Yo quiero estudiar medicina, porque acá eso nos hace falta, un puesto de salud y un médico que trabaje en la comunidad. Yo voy a volver, voy a atender acá.
-¿Seguro? ¿No te tentará una gran ciudad, una vida diferente…?
-Acá me necesitan. Quiero ser útil a mi comunidad.
-Si tuviésemos tu edad, viviésemos aquí y nos incorporásemos al Centro Comunitario, ¿qué haríamos con el grupo de jóvenes?
-Tenemos comités que limpian la comunidad, otros hacen bancos de ladrillos de reciclaje, nos reunimos y hablamos de nuestros derechos, arreglamos el parque de los niños. Eso nos ayuda a ser responsables y a ser unidos, y además organizamos charlas sobre el acoso callejero, el VIH y muchos otros temas.
-¿Y qué haríamos para divertirnos un sábado quizás, un domingo…?
-Los sábados pasamos películas en el centro comunitario, primero los dibujos animados para los niños, y después, otras películas que les gustan a los jóvenes. A veces hacemos campamentos. Ah, y nos gusta mucho vacunar ganado.
-¿Vacunan ganado? ¿Dónde?
-En el colegio tenemos una materia que se llama Ciencias Agropecuarias. Hacemos huertas, visitamos granjas y vacunamos vacas. Cuando nos recibimos nos dan un título de técnico agropecuario.
-¿Cómo resuelven el tema de la violencia entre jóvenes, peleas…?
-Eso no hay aquí.
-¿No hay?
-No, no hay inseguridad.
-Contanos un sueño que esperás que se cumpla para tu comunidad…
-El asfaltado.
-¿Y un sueño para vos?
-Recibirme de doctora.